En el epicentro de 2019, una corriente de inquietud y experimentación nos arrastró a la deriva. Durante todo este tiempo hemos navegado por un mar de introspección, sin ataduras, dejando que todo fluya, como si nuestra vida fuese pura escritura automática. Sufrimos y disfrutamos cada canción de forma merecida, dejando que nos atraviese sin oponerle resistencia, contemplando como crece hasta devorarnos.

Definir un género nunca fue nuestra intención, ahí fuera hay demasiadas constelaciones y voces que nos muestran nuevos destinos que explorar. Podríamos nombrar términos como metal, post, black, progresivo e incluso aproximarnos a lo alternativo, pero describiríamos imprecisamente lo que queremos transmitir con cada canción.

Somos Veladura Grisea.

At the epicenter of 2019, a current of restlessness and experimentation swept us adrift. Throughout this time, we’ve sailed a sea of introspection, unbound, letting everything flow as if our lives were pure automatic writing. We suffered and savored each song as deserved, letting it pierce us without resistance, watching it grow until it consumed us.

Defining a genre was never our intention. Out there are too many constellations and voices showing us new destinations to explore. We could name terms like metal, post, black, progressive even lean toward the alternative, but we’d inaccurately describe what we aim to convey with each song.

We are Veladura Grisea.